Un Corredor Biológico, es un espacio geográfico delimitado, generalmente de propiedad privada y cuya función es proporcionar conectividad entre las Áreas Silvestres protegidas (área núcleo), creando ecosistemas y hábitats naturales o modificados, para hacer posible la migración y dispersión de la flora y fauna silvestre, para lograr cumplir las funciones vitales, como búsqueda y obtención de alimento, refugio seguro e intercambio genético, creando beneficios a las poblaciones cercanas, a través de su paisaje y servicios ecosistémicos como la disminución de la temperatura, recarga de los mantos acuíferos, entre otros, generando así bienestar.
Corredor Biológico Peninsular
El Corredor Biológico Peninsular, conecta las Áreas Silvestres Protegidas del sur de la Península de Nicoya, las cuales son Reserva Absoluta Cabo Blanco y Nicolas Wessberg, los Refugios de Vida Silvestre Romelia, Curú, Caletas-Ario; la Reserva Karen Mogensen, Zona Protectora Península de Nicoya y se ubica en los distritos de Lepanto, Paquera, Cóbano, Chira y las Islas Venado y Caballo.
El corredor cubre un territorio de 64 227 hectáreas, el 59% es Bosque Tropical y es el hábitat de 495 diferentes especies de vertebrados como aves, murciélagos, mamíferos, anfibios, reptiles y peces.
El Corredor Biológico Peninsular esta conformado por el Comité Local, el cual esta compuesto por instituciones publicas y los asociados de la Asociación Corredor Biológico Peninsular.